jueves, 20 de julio de 2017

CON UN LIBRO DE MAX RIBSTEIN (1)

CON UN LIBRO DE MAX RIBSTEIN (1)



"En tiempo de tribulación, no hacer mudanza", dice la sabiduría popular, pero ocurre que hace unos años mi esposa y yo cambiamos de vivienda y hubo que mudarse, y ya se sabe lo que tienen las mudanzas, que los papeles se traspapelan y aparecen un buen día, como los hongos y las setas, sin saber dónde estaban o cuánto llevaban ahí, mientras nos miran con unas carcajadas que llegan hasta el cielo. 

Así me ha pasado, que al rebuscar unos papeles de mi trabajo, me he topado con unas fichas bibliográficas que tomé de algunos libros en mi época de estudiante universitario, y para mi sorpresa, me he encontrado algunas referidas a libros de Chesterton o sus obras. 


Es el caso, entre otros, del libro de Max Ribstein, titulado G. K. Chesterton: création romanesque et imagination (París, 1981), que podríamos traducir por "creación novelística e imaginación". A comentar y discutir su contenido pienso dedicarle, con el permiso y la comprensión de todos vosotros, ésta y la próxima entrada. Merece la pena, porque os aportaré algunos datos sobre nuestro querido escritor que, sin duda, desconocíais. Yo mismo los había olvidado en el trajín de una mudanza y en lo hondo de una carpeta mohosa. 

El libro está escrito en francés, pero no os preocupéis, no seré tan pedante como para ofreceros las citas en la lengua de Molière. Traduciré las citas interesantes e iré comentando lo que haya menester. Pero sí deseo aclarar, como no puede ser de otra manera, que las palabras que van entrecomilladas pertenecen al libro de Ribstein y son traducción directa de su obra, así que espero no tener problemas con la editorial francesa...

Casi al principio del libro se lee: "Él (G.K.C) había publicado su primer poema en el
diario Speaker, el 17 de diciembre de 1892, a la edad de 18 años". Ya veis que fue precoz en esto de la escritura y, junto a su amor por la pintura (de joven deseaba convertirse en pintor, y para ello estudió en la Slade School of Arts), llenaron aquel tiempo juvenil, entre la sombra del ateísmo, el materialismo, el espiritismo y el nihilismo que enturbiaba la atmósfera del Londres decadentista de finales del XIX.

"Se puede decir que sus auténticos inicios literarios datan de 1900, con la publicación de la obra teatral Greybeards at play (Barbagrís en libertad) y The Wild Knight (El caballero extravagante)". Es singular que ya desde 1903 se le dedicasen estudios, artículos y libros como literato, con tan sólo tres años de ejercicio de las armas de la literatura, si me permitís la metáfora. En 1958 el estudioso J. Sullivan contó 129 libros y artículos sobre Chesterton, 370 traducciones en 16 lenguas y un sinfín de menciones. Según este mismo investigador, Chesterton llegó a escribir y publicar nada más y nada menos que 111 libros.Ribstein sostiene que "desde muchos puntos de vista, Chesterton se oponía a casi todo el mundo, salvo a su fiel Hilaire Belloc, e incluso con él tuvo alguna polémica". 

¿Qué dicen los críticos e investigadores sobre Chesterton? He aquí una pequeña muestra de esas críticas, no de Ribstein, pero sí recogidas por él en su libro: "René Lalou concluye en su libro -La literatura inglesa, París, 1964- que eclipasado por su virtuosismo, lo dejó degenerar en automatismo y despilfarró en el periodismo cotidiano su talento de panfletario de lo Eterno". Y el crítico inglés Walter Allen, al hablar de aquel periodo de la literatura inglesa, le dedica tan sólo unas escuetas palabras: "We have... Chesterton writing his extravanganzas". Una tarjeta postal de la National Portrait Gallery señala que fue célebre "por su corpulencia y la brillantez de sus paradojas". Todo no podían ser críticas adversas: F. Swinnerton señala que "la personalidad de Chesterton era rica y variada, y por eso mismo, seductora".

Una última anécdota antes de terminar, por el momento (en la próxima entrada completaré algunas de las citas que entresaqué del libro, de ahí la mezcolanza). Se cuenta en las páginas de este libro que en Tulsa, Oklahoma, había un apasionado coleccionista de objetos de Chesterton. Así, en la John Carroll University de Cleveland, Ohio, está la "Colección Chesterton de Robert John Bayer". Realmente su personalidad y escritos son seductores, tanto como para que alguien se decidiera a coleccionarlos, hecho que a él le habría divertido bastante. Y es cierto que siempre fue más popular en EEUU que en su Inglaterra natal. Nadie es profeta en su tierra.

Parece que, como afirmaba Maisie Ward, una de las más íntimas colaboradoras de él y de su hermano Cecil, "of the books and essays about Chesterton there is no end" (en la biografía que escribió sobre los hermanos Chesterton, 1944). Un escritor cuyos libros y ensayos parecen no tener fin y del que podríamos estar hablando, en efecto, hasta el infinito.

Un saludo muy afectuoso, queridos amigos, y hasta la próxima entrega.

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